Sabado Santo, Víspera de Salvación

SÁBADO SANTO

VÍSPERA DE RESURRECCIÓN Y SALVACIÓN

Hoy, Jesús está muerto, parece todo perdido y María, mientras tanto, espera.

Espera la promesa de su Hijo, paciente y llena de dolor. Sus ojos han visto a su Hijo atravesado por la brutalidad humana, han visto como han humillado e intentado asesinar a la Palabra Viva, al Hijo de Dios.

Pero el pecado no matará la Fe, que hoy se escenifica en la persona de la Virgen. La Muerte no la confundirá, en su corazón roto continua la esperanza de que su Hijo vuelva. María es ahora el pilar de los apóstoles, su rostro transmite sosiego y perdón.

Que difícil comprender que la Cruz sea la Salvación del mundo, de los hombres. Que difícil comprender que la Sangre sea el Camino y quien entrega su vida obtendrá la Vida Eterna. Que difícil de comprender y de hacer.

Un hombre que entrega su amor por los demás será correspondido y recompensado por nuestro Señor.

¿Qué debemos temer?, ¿Acaso la muerte de Cristo no es suficiente ejemplo para ti?

Qué gran Fe la de María, la de Moisés, la de Abraham, la de los Santos Mártires, la de los cristianos que dan la vida por no negar a Jesús, por los que hoy en día son perseguidos en tierra hostil y por los que dan muestra del Amor de Dios y enseñan su Palabra.

¿Quién es Jesús y Donde está?, 

¿Crees que murió en la Cruz?, 

¿Crees en Dios Vivo y su Santa Madre?  

Renovar tus creencias te hará más fuerte. Sino crees, te respeto, pero deja que te pida hoy algo: Mira al Cielo y pide porque mi Fe en mis creencias nunca se desvanezcan, porque sea fuerte y lo sean mis hermanos. Pide también porque entremos juntos en el Reino de Dios, piensa que al verlo sería la prueba que necesitas para creer y si estabas equivocado, aún tendrías tiempo de rectificar. Santo Tomás también dudó.

 Hoy mira atento a tu alrededor y preguntate si hay algo que necesita un cambio. Si no lo encuentras, mira de nuevo y esta vez mirate tú. 

 Por poco que se pueda hacer, siempre hay algo que hacer. Sé humilde, sé sincero y sé generoso.

 Hermano, Hermana, coge tu cruz y haz tu camino.

  ¡ María te ayudará y Jesús estará contigo !