La Natividad de Jesús está próxima, apenas tres días quedan para que salga del vientre de María.
¡ Qué gran responsabilidad !
El Salvador está a punto de ver este mundo, y la Virgen y S.José tienen la grandísima tarea que el Niño Dios nazca en buenas condiciones en Belén.
No me gustaría tener esa empresa, y menos en esa sociedad y esa época, donde la vida no tenía el mismo valor que ahora. Nada fácil se le pidió a María ni a José, para María ser concebida por el Espiritu, suponía la muerte inmediata. Y José, que admirable fe, creer a su esposa y no delatarla. Eso es una familia.
Por eso en este espacio quiero hoy que nos paremos a pensar lo imprescindibles que son S. José y Santa María, y la importancia que tienen en la vida cristiana.
Preparemos como ellos prepararon la llegada de Jesús al mundo, a nuestras vidas, a nuestro entorno..... Digamos con voz clara que queremos ser como María y José, luego todos ganaremos. Empieza por ti mismo, apoyate en tu familia y luego deja que ellos se apoyen en ti. Verás como la felicidad llena tu casa, y esta contagia a las casas de alrededor.
Cree en las palabras que este Niño te dice, lee su Testamento y dale sentido a tu vida. No hay que ser héroes, solo te está pidiendo que seas simple y humilde como María y José. Sus vidas cambiaron el mundo por la fe en su Hijo. Nunca es tarde.
Ya vés, no hay más: da y otros te darán. Da amor a quien lo necesite y recibirás amor cuando lo necesites. Da tu amistad y comparte, y las recibirás con creces. Piensa que es una ecuación logarítmica hacia el infinito.
Cree en las palabras que este Niño te dice, lee su Testamento y dale sentido a tu vida. No hay que ser héroes, solo te está pidiendo que seas simple y humilde como María y José. Sus vidas cambiaron el mundo por la fe en su Hijo. Nunca es tarde.
Ya vés, no hay más: da y otros te darán. Da amor a quien lo necesite y recibirás amor cuando lo necesites. Da tu amistad y comparte, y las recibirás con creces. Piensa que es una ecuación logarítmica hacia el infinito.
¿ Hay algo más grande que ver en la cara de un niño un destello de felicidad, una sonrisa o una expresión de Amor ?
¿ Porqué cambiarías tú la felicidad y el bienestar de tu familia?
La familia es la cuna de todo ser, sin ella la vida no existiría y estaríamos perdidos. Sin esa atención y ese cariño, ¿quién podría vivir?.
En estos días pedir a Dios por tu familia, por los que se han ido y los que vendrán, por los que están perdidos fuera de la Familia Cristiana y por nuestros semejantes; tiene una gran importancia y un gran valor. Es tiempo de mirar a tu hermano, de acercarte a él y abrirle el corazón.
Ojalá llegue pronto un día en el que todos cantemos juntos un mismo villancico ante el portal; siendo una gran familia, un gran pueblo, ejemplo de otros.
Os dejo un villancico para que, junto al portal y en familia, cantéis y penséis en el difícil trago que San José y la Virgen pasaron aquellos fríos días en Belén, y como gracias a su decisión y a su fe, hoy podemos salvarnos:
Villancico de José
El ángel del cielo a María anunció
que en su vientre ardía un milagro de amor.
Murmullos del pueblo, palabras de hiel...
Bajando sus ojos callaba José.
¡Ay!, Señor mío del Cielo,
no sé lo que lo que está pasando.
Sólo sé que a mi María
siempre la estaré yo amando.
La quiero tanto, tanto la quiero
que sueño estar a su lado
cuando nazca ese lucero.
Estribillo:
Yo quiero ser como tú,
que sea mi apoyo la fe,
ver aunque falte la luz,
ser como tú, San José.
Y con mis manos hacer
la cuna pa’ tu zagal,
el que nos vino a traer
sueños de justicia y paz.
Cuando caminando llegan a Belén
María, llorando, le dice a José:
El Niño que espero ya quiere vivir,
en ese pesebre tendré que parir.
¡Ay!, mi María del alma
no quiero que tú me llores,
que mi caricia y mi llanto
aliviarán tus dolores.
Mira mis manos. Tiemblan de miedo.
Pero mirando tus ojos
siento la fuerza del Cielo.
Estribillo
Después de unas horas, el Niño nació.
José lo acurruca, llora de emoción.
No llores mi vida, no llores José,
que se está asustando mi Niño Manué.
No tiembles, niño, de frío.
Mira, ese leño que arde
te dará menos calor
que los brazos de tu padre.
Eres el hijo de un carpintero.
Yo soy tu padre en la tierra
y Dios tu padre en el Cielo.
Estribillo
Letra: D. Ricardo Rodríguez Pérez
Música: D. Rubén Gil Quiñones
Intérprete: el magnífico Coro Los Canasteros (música de fondo)
que en su vientre ardía un milagro de amor.
Murmullos del pueblo, palabras de hiel...
Bajando sus ojos callaba José.
¡Ay!, Señor mío del Cielo,
no sé lo que lo que está pasando.
Sólo sé que a mi María
siempre la estaré yo amando.
La quiero tanto, tanto la quiero
que sueño estar a su lado
cuando nazca ese lucero.
Estribillo:
Yo quiero ser como tú,
que sea mi apoyo la fe,
ver aunque falte la luz,
ser como tú, San José.
Y con mis manos hacer
la cuna pa’ tu zagal,
el que nos vino a traer
sueños de justicia y paz.
Cuando caminando llegan a Belén
María, llorando, le dice a José:
El Niño que espero ya quiere vivir,
en ese pesebre tendré que parir.
¡Ay!, mi María del alma
no quiero que tú me llores,
que mi caricia y mi llanto
aliviarán tus dolores.
Mira mis manos. Tiemblan de miedo.
Pero mirando tus ojos
siento la fuerza del Cielo.
Estribillo
Después de unas horas, el Niño nació.
José lo acurruca, llora de emoción.
No llores mi vida, no llores José,
que se está asustando mi Niño Manué.
No tiembles, niño, de frío.
Mira, ese leño que arde
te dará menos calor
que los brazos de tu padre.
Eres el hijo de un carpintero.
Yo soy tu padre en la tierra
y Dios tu padre en el Cielo.
Estribillo
Letra: D. Ricardo Rodríguez Pérez
Música: D. Rubén Gil Quiñones
Intérprete: el magnífico Coro Los Canasteros (música de fondo)